La desamortización
fue el conjunto de medidas dimanadas de la autoridad del Gobierno, tendentes a
la desvinculación y enajenación de los bienes poseídos por ciertas
instituciones “manos muertas” o entidades que no las podían vender como la
Iglesia, la Corona, la nobleza o los municipios, con la finalidad de acabar con
determinados privilegios y proceder así a un reparto más racional y justo de la
riqueza. Este proceso constituye un elemento esencial para comprender el
tránsito de la sociedad del Antiguo Régimen al Liberalismo, en el que la
propiedad se concibe como individual y absoluta en lo que respecta a su
gestión. Las medidas
desamortizadoras del siglo XIX tuvieron tres objetivos: los bienes de la
Iglesia; los bienes de propios y los bienes comunales de municipios, y los
antiguos derechos señoriales. Y, al amparo de estas tres consideraciones, se
procedió a la venta de miles de fincas rústicas y urbanas, que contribuyeron a
la transformación de la estructura de la propiedad, aunque, a la par, fueron origen
de una serie de problemas que todavía en la actualidad no se han resuelto.
La desamortización eclesiástica
en España.
Por Luis Antonio Ródenas
|