martes, 19 de septiembre de 2017

Toesa

Una TOESA es una medida de longitud francesa que equivale a 1,949 m.

La original fue construida en el año 1735 por Langlois, quien hizo dos copias de la toesa de Chatelet de París para que sirvieran de patrón en las operaciones geodésicas.
En ambos casos empleó una barra de hierro plana, terminada en dos recintos en cada extremidad, acompañada de reglas de hierro que encajaban exactamente dentro de las cantoneras terminales. 

miércoles, 15 de marzo de 2017

Huerta del Pago del Nublo

En esta Huerta estaba la Ermita del Quemado, un morabito datado desde mediados del siglo XIV, cuyo nombre le venía, al parecer, de que en una de las algaradas cristianas, los cabalgadores habían prendido fuego a la rábita y con ella había ardido el monje musulmán que la habitaba. Fue esta ermita la casa que recibieron los jerónimos cuando fueron trasladados a Granada. En la Huerta donde estaba emplazada, los Jerónimos levantaron un Hospital, que se convertiría, con el tiempo, en el Hospital de San Juan de Dios. El enclave sirvió de sitio de morada del monasterio durante poco tiempo, pues pronto pasaron a otra huerta inmediata, donde levantaron el edificio del Monasterio y su correspondiente templo.


REFERENCIA:

El monasterio de San Jerónimo de Granada. Patrimonio y 'más allá'

José Rodríguez Molina
Profesor Titular de Universidad. Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas. Universidad de Granada.




jueves, 23 de febrero de 2017

Príncipe de Cellamare

Antonio del Giudice, (Nápoles, 1657 - Sevilla, 1733), duque de Giovinazzo, príncipe de Cellamare.
Desde muy joven entró al servicio del rey Carlos II de España, de cuyo favor gozó, así como del de su sucesor Felipe V. Estuvo prisionero en Italia en 1707 y no fue canjeado hasta 1712, en cuya época fue nombrado embajador de España en la corte de Francia.

Instrumento de los proyectos hostiles de Giulio Alberoni, llegó a ser el alma de una conspiración formada en París en 1718 contra Felipe II de Orleans, regente del reino, que pretendía transferir la regencia de Francia al Rey de España. Pero esos proyectos fueron descubiertos por la locuacidad de una cortesana y el príncipe de Cellamare tuvo que huir precipitadamente de Francia, siendo embargados todos sus papeles y sin tener en cuenta los privilegios del cargo. A pesar de las protestas y negativas que sobre el asunto se hizo desde el gobierno español, parece claro que todo se había hecho con el beneplácito del Rey de España, puesto que Cellamare siguió gozando del favor de Felipe V hasta su muerte en Sevilla en 1733.